Concurre diariamente al Instituto Lihué-Vidas donde realiza diversos talleres. A mediados del año 2001, comenzó a tomar clases con la Artista Plástica y Psicopedagoga Virginia Bettini, en busca de complementar sus modos de expresión. Las obras que se muestran han sido elaboradas en el marco de los talleres que realiza con esta profesora.
En el año 2002 comienza a utilizar pasteles al óleo en texturas transparentes, mezclándolos con diversas sustancias. Construye objetos con materiales reciclables, pequeñas esculturas, siguiendo procesos que duran varias clases.
El 9 de diciembre del 2003 hizo su primer muestra en Casa 13 con el nombre "La luna de Pollock”, donde resume su relación con un pintor que conoce a través de videos y libros que le presenta su profesora, quien conecta rasgos y modalidades creativas de Emiliano con las técnicas del pintor norteamericano, tales como tirar pinturas, chorrear y utilizar objetos para pintar. Así cuando Emiliano ve un video de Pollock en el que éste arroja pinturas sobre un vidrio, se identifica con él, señalándose el pecho con una mano.
Por otra parte, la luna ha sido mirada por Emiliano desde que era muy pequeño e incluso nos ha enseñado a buscarla en cualquier momento del día, desafiando la afirmación de Italo Calvino, que dice “que a la luna de la tarde, nadie la mira”. Des-afiar es el modo con que Emiliano intenta ganar confianza en su relación con el mundo.
El 2 de noviembre de 2006 volvimos a reunirnos en una segunda muestra titulada "Las nubes de Pollock". Entonces, junto a la obra de Pollock, observaba la luz, las nubes en el cielo y exploraba los azules, blancos y negros. Durante el mes julio de 2011 realizó la muestra "Homenaje a Pollock" en el Centro Cultural Municipal "Casa de Pepino".
Trabaja en forma sistemática, con acrílicos, acuarelas y témperas, sobre cartón, madera, papel, experimentando formas y colores. En los últimos años incorpora óleos. Este último material le gusta especialmente y ha contribuido como vehículo de su expresión a la aparición de pinceladas firmes y decididas y al uso de espátulas que habilitan otras posibilidades expresivas.
Como padres estimulamos sus muestras porque nos gusta lo que hace y porque son motivo de encuentro con amigos y familiares queridos.
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